Lee Radziwill era la hermanísima. Tuvo sus años de “it girl” en unos momentos en que la competencia por ser una de ellas estaba muy reñida. Casada con un príncipe polaco, de gira con los Rolling Stones, de la mano de Truman Capote, retratada por su amigo Andy Warhol y con su hermana Jacqueline Bouvier Kennedy Onassis, aquellos fueron sus años. Rodeado de todos los apellidos del momento, estuvo en el centro del mundo de la moda y del lujo. Era la hermana de la corte de Camelot.

Tratar de recordar las alegrías del pasado siempre genera un poco de tristeza, Lee sin embargo las vive con elegante melancolía. Fue princesa por su matrimonio, y ahora bastante alejada de su pasado cuando ya pasa de los 80 ha escrito un libro recordando que aquello fue la felicidad. Hay que tener en cuenta que la memoria, siempre choca contra la marea del olvido.

Vive en París acompañada de su perrita Izzie, y desde la ventana de su apartamento se ven los monumentos emblemáticos de la ciudad. Lee vive suavemente, casi en el mismo nivel de la gama cromática de su casa. Relajada y sin estridencias. Alrededor, un variado ambiente de jarrones con rosas blancas sin que falte un toque de ahora mismo; una combinación decorativa de clásico con toques étnicos.

Lee Radziwill, una princesa americana

Era la hermana guapa de Jackie y su compañera por las costas griegas e italianas, ha sido modelo y ha posado para los grandes fotógrafos. En su puesta de largo la retrató Cecil Beaton. Y su primer marido se rumoreaba que era familiar no reconocido de Jorge VI. Paseaba diariamente entre la bohemia-chic neoyorkina y la sociedad opulenta de la costa amalfitana.

Onassis a Agnelli fueron parejas momentáneas y se casó al perder a su príncipe, con Herbert Ross, uno de los directores más famosos de Hollywood. Duró, lo que dura un matrimonio “no convencional”.

Su vida fue de vino y de rosas, como el título de la célebre película. Trabajó en el teatro y decían de ella que era la confusión: el deseo permanente.

A Lee y Jackie les adoraban los modistos y sobre todo los paparazzis, porque vendían. Mientras Jackie terminó siendo viuda de dos mitos, Lee siempre tuvo un lado más diletante, sin llegar a cuajar más que como símbolo de lo “chic”.

Lee Radziwill, una princesa americana

El fotógrafo Peter Beard con el que compartió una parte de su vida, la recuerda con cariño, como una mujer muy vulnerable y falta de autoestima por el típico-tópico de abandono materno.

Cuando Lee encontró el príncipe polaco Stanislas Radziwill, un conversador fascinante y 16 años mayor que ella, fue lo mejor que pasó en su vida, recuerda. La generosidad y decencia de Stas, también impresionaron a Lee, al igual que, ni que decir, su supuesta riqueza y título antiguo. Esa riqueza, se convirtió en millones de deudas al fallecer su esposo, que no hizo nunca caso del balance económico familiar. Jackie la salvó de la ruina.

Lee casi sin darse cuenta ha vivido la historia del arte, la política y la social, de los sesenta. Compartió «tiempos felices» con un joven Rudolf Nureyev. Bailó en el célebre baile del Plaza con Truman Capote. Viajó por la India con la hermana Jacqueline , donde se reunieron con el primer ministro Nehru y montaron en elefante. Ella estuvo de gira con los Rolling Stones y compartió casas con Andy Warhol y Peter Beard, entre otros. Sabía rodearse de los hombres poderosos que cambiaron el curso de la historia, incluso fue una de las máximas defensoras de Francis Bacon. Siempre fue agradecida  con las personas que ha conocido: Nehru, la reina de Inglaterra, Gianni Agnelli, Renzo Mongiardino, Onassis, André Malraux.

Las historias de su vida son muchas y una de las mejores es cuando ella y Truman Capote fueron de gira con los Rolling Stones y quedaron detenidos en medio de una redada de drogas. Cuenta sus historias de amor con glamour: su enamoramiento de Nureyev y su vida romántica con Peter Beard en Grecia durante un verano. Aquello terminó con su matrimonio, ¿pero no es genial tener una aventura romántica de verano?

Lee Radziwill, una princesa americana

Dicen que es demasiado modesta, no tolera la falsedad, cuenta grandes historias y siempre tiene el pelo perfecto. Le llamaban Lee “la indecisa”, pero su agenda de hombres es una de las más completas de la historia. Married to a Polish prince, on tour with the Rolling Stones along with Truman Capote, portrayed by her friend Andy Warhol and with her sister Jacqueline Bouvier Kennedy Onassis, those were her years. Surrounded by all the names of the time, she was at the heart of the world of fashion and luxury. She was the sister of the court of Camelot.

 

Por Lola Garrido