Para el zapatero artesano Norman Vilalta la crisis de los 30 no fue tal, sino más bien un agradable despertar. A esa edad decidió dejar su profesión de abogado para dedicarse a aprender el oficio que realmente le hacía vibrar. Conoce de cerca al maestro argentino afincado en Barcelona en esta entrevista de Luis Sans.

¿Cómo empezó tu pasión por el calzado de lujo hecho a medida?

Mi historia con la alta zapatería es un poco particular. No viene de una tradición sino de una búsqueda personal. Antes de irme a Florencia a hacer mi aprendizaje con varios maestros, trabajaba de abogado. En aquellos días, la opción fue entre un hacer un LLM (Máster en Derecho) o hacer un aprendizaje tradicional de artesano. Aunque al principio no lo entendía completamente, desde un comienzo intuí que en la artesanía estaba la máxima verdad de los zapatos. Es por eso que me dedico desde hace doce años a crear zapatos artesanales. Mi trabajo se apoya sobre la tradición de la zapatería. Y cuando hablo de tradición, hablo de mi gremio, la Cofradía San Marcos, que es el gremio de Maestros Zapateros de Barcelona y el más antiguo del mundo (fundado en el año 1202) al que me honra pertenecer. Mi objetivo es ser un artesano de este tiempo, siempre partiendo de las «herramientas» de esta tradición pero llevándolo al día de hoy y mirando al futuro. Trabajar con las manos, la mente, pero sobre todo con el corazón. Lo fundamental de un artesano es el amor, el respeto de los conocimientos que nos dan la tradición y la obligación de mejorar el oficio.

¿Qué debería aportar la moda a nuestra sociedad hoy en día?

Yo creo y siento que sobre todo reflexión. Tu pregunta es buenísima, porque cuando hablas de aportar, lo asocio a algo nuevo, a algo con valor, algo que no existe, algo que mejore lo que existe. Te parecerá extraño, pero yo creo que no necesitamos más productos, más marcas, más zapatos. Hay demasiados. Por otro lado creo que sí necesitamos más cosas verdaderas, con sentido, que nos aporten, que nos hagan mejores. Algo que haga mejor el mundo. Algo que nos haga mejores a todos los que estamos involucrados en esto.

¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?

Mi inspiración son mis clientes, el arte y los artistas. No miro mucho la moda, porque me interesa crear lo que no existe. Me inspira todo lo que me haga cuestionarme lo que he aprendido de mis maestros. Por eso el arte de verdad es lo que más me inspira.

¿Qué recuerdo guardas de tu experiencia en Florencia? ¿Echas de menos algo en concreto de esa época de tu vida?

Fue uno de los momentos más importantes de mi carrera como zapatero, porque era el momento de poner las bases y en una ciudad maravillosa que muestra lo que podemos crear y hacer por la belleza. Pero no cambiaría vivir en Barcelona por Florencia. Cuando voy por el mundo haciendo zapatos para mis clientes y digo que vivo en Barcelona casi todos los que no la conocen querrían visitarla, y a los que la conocen les gustaría volver. Vivimos en una de las ciudades más amables, bellas e influyentes de mundo. No, no echo de menos nada, porque siempre pienso en el porvenir.

¿Cuál es la pieza clave en el armario de un hombre?

Los zapatos. Mira esto lo aprendí de alguien de la «familia Santa Eulalia» (José Luis) que me comentaba que a sus clientes les sugería que invirtieran más en sus zapatos que en sus trajes. Creo sin duda en esa ecuación, es muy efectiva. Pero la pieza clave también es el hombre. Que se anime a manifestar su estilo, sea el que sea. En esto soy muy optimista: veo que el armario del hombre ha cambiado en los últimos diez años. O mejor dicho la actitud y la forma de llevar la ropa han mejorado. Hay que celebrar que somos todos distintos y es buenísimo cuando lo transmitimos con nuestro vestir.

¿Hay alguna fórmula para prever cuándo una colección va a ser exitosa?

Cuando vas creando zapatos y la gente te para por la calle para ver dónde los has comprado, o cuando creas unos que le gustan al que entiende y al que no, sabes que es un éxito. Vosotros tenéis mucha experiencia en esto. Para mí es un éxito si combina que se venda, que sea distinto y que aporte algo.

¿Qué otras disciplinas te interesan?

Me interesa el arte, creo que mi sueño es terminar mi vida como pintor, pintar me ha dado muchísima satisfacción. Pero nada me hace más feliz que crear, porque es mi medio de expresión.

¿Qué busca sentir alguien que calza un par de Norman Vilalta?

Que lleva algo distinto, que sus zapatos tienen personalidad. También es la calidad. Por eso, cuando creo una colección uso los mejores materiales, las mejores técnicas, y eso se nota al instante y durante los años.

¿Qué tipo de zapato es el más demandado en tu taller?

En mi taller diseño para cada cliente. Para mí los zapatos son un lenguaje y lo que hago es hablar mucho con mis clientes para saber y entender qué es lo que quieren decir con sus zapatos. Lo primero que diseño para mis clientes es la forma, el volumen que tendrá el zapato, de tal forma que si vieras entrar a mis clientes y vieras las hormas, podrías adivinar cuáles corresponden a cada uno. No hay un tipo de zapato. Sí hay tantos estilos como clientes tengo. Piensa que con el distinto uso que le doy a una piel o a una patina sobre el mismo modelo de zapato, puedo cambiar completamente el sentido estético del mismo. Como artesano que viene de la más pura tradición de la zapatería clásica, hay dos cosas que valoro de mi trabajo. La primera es que creo un estilo para cada cliente, ¡y esto se lo debo a Barcelona! Cuando llegué, traía conmigo un estilo de zapato mas francés, estilizado a alargado. Y aquí me encontré que la gente no tenía tanta afición por ese tipo de formas. Esto me permitió entender cómo debería ser mi bespoke. Me di cuenta que mi «a medida» no podía estar centrado solo en la cuestión anatómica ni en el hecho a mano. Tenía que tener en cuenta lo más importante de mis clientes: hacer un estilo de zapato para cada uno. Ese es mi punto de partida para crear. Y la segunda tiene que ver con lo que creo que debo ser como artesano. De mi maestro aprendí tres cosas muy básicas, pero muy profundas (1. que no sabes, que nunca sabes, que debes vaciarte para que te entren nuevas cosas; 2. lo más importante: que tienes que aprender, esto es difícil de entender, y 3. qué es lo que tienes que aprender, que en el caso de la zapatería a mano es la técnica y la búsqueda de la perfección que viene de ella). Y en la soledad de mi taller aprendí una cuarta que es la más importante para que me considere un artesano. Eso es el amor, no en un sentido romántico sino que el amor es lo que le conviene al otro, lo que es mejor para el otro y dárselo. En mi caso, que soy un zapatero, mi obligación es empujar mi oficio hacia adelante, hacer lo que hicieron grandes artesanos que me precedieron, desarrollar los zapatos. A veces pensamos que ciertos modelos o lo que hoy es un clásico, como un oxford, siempre han estado y no es así. En algún momento hubo un artesano que lo inventó. Por eso en mi taller puedes encontrar el más clásico de los oxfords, que expresa la belleza de la perfección que nace en la técnica, frente a un zapato completamente conceptual que está hecho dejando de lado la técnica. O un zapato que busca la belleza de lo imperfecto y está diseñado para alcanzar el esplendor estético cuando los materiales se degradan. Mi objetivo es reinventar ese oxford clásico o hacer el oxford de los próximos siglos. Para nosotros los artesanos las herramientas lo son casi todo. Es por eso que sueño con tecnología, sueño con trabajar con las herramientas de hoy y lo hago. Por eso mi obligación, habiendo aprendido las reglas, es romperlas.

¿Cómo definirías la colección que has elaborado para Santa Eulalia?

Nuestra colección es un trabajo interesantísimo, porque ha nacido de una colaboración. Vosotros conocéis a vuestros clientes y entendéis muchísimo de zapatos y de estilo. Y a mí me encanta crear para vuestros clientes. Es una colección con personalidad, diferente y de una calidad extrema, yo que los he construido puedo decir que de lo mejor del mercado. Y a un precio inigualable. Son ediciones limitadas de 8 ó 12 pares de zapatos por modelo, lo más cerca de una pieza única. Solo pienso en que lo haremos aún mejor en la próxima.

¿Puedes hacernos un pequeño avance sobre las tendencias de la próxima temporada?

Pienso en pátinas, sobre ante y sobre piel lisa. Habrá combinación de pieles. Pienso en algo elegante con atrevimiento. He encontrado la comodidad de unas deportivas en suelas de goma para zapatos más clásicos. Sin duda botines muy urbanos pero elegantes. Pienso en los clientes y en cómo construirse un fondo de armario y tener a la vez piezas particulares. Quiero jugar con la simplicidad y elegancia a la vez que con un cierto atrevimiento.