Decía Mark Twain que “viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente”. Viajar forma parte de nuestras vidas. Hace ya tiempo que ningún trabajo garantiza permanecer toda la vida profesional en una misma ciudad y que en el tiempo libre y durante las vacaciones se viaje a conocer nuevos lugares. El mundo globalizado actual exige tener siempre lista la maleta y la ropa para viajar con la que enfrentar reuniones en el aeropuerto de destino, oficinas, restaurantes o despachos. De la misma manera, salir de tu país para disfrutar de las vacaciones ya no es algo reservado solo a unos pocos y lugares antaño lejanos hoy están al alcance de la mano.

Prendas de viaje para cualquier ocasión

Estos grandes cambios exigen, además de la mente abierta de la que hablaba Mark Taiwan, también de prendas para viajar cómodas y adecuadas para cada destino y medio de transporte. Sea por motivo de trabajo u ocio, es importante tener presente que exceptuando aquellos viajes que hagamos en nuestro propio medio de transporte, compartiremos tiempo y espacio con más pasajeros. Por ello, optar por el conjunto más cómodo no suele ser la mejor elección, resultando conveniente, sobre todo en estas fechas, prescindir de bermudas, camisetas y chancletas de goma. Como veremos, ya habrá tiempo y momento para ello.

Pero vayamos por partes. Antes de llegar a nuestro destino los pantalones conocidos como chinos, pero de corte moderno y cercano al del vaquero, son una opción muy interesante nos desplacemos en tren, coche o avión. Podremos acompañarlos con un actual zapato de corte cercano al de la zapatilla deportiva y aprovechar la comodidad que proporciona su suela de caucho. De preferirlo, el mocasín conocido como gommino, caracterizado por su fina piel y sus tacos de goma, permite prescindir del calcetín y vestirse también en las mañanas más calurosas combinando con, por ejemplo, un pantalón de tejido gabardina. Durante el tiempo de asueto y durante el viaje, el atemporal gommino ocupará el lugar de los zapatos más vestidos de invierno tipo Oxfords. El gommino, como también las alpargatas – hoy de enorme belleza al haber sido estas reinterpretadas con gran acierto por las mejores marcas de lujo-  es una mejor opción que el demasiado extendido náutico; modelo este último que pierde su significado lejos del club náutico.

Si por el motivo que fuere necesitáramos viajar con un look más serio, la atemporal Teba o la más actual chaqueta safari, cuanto más desestructurada mejor, cumplirá el objetivo. Otra opción siempre segura es la blazer. Modelo de ropa viajero por excelencia, permite vestir correctamente tanto durante el recorrido como durante una cena más arreglada. Vístase acompañando a una camisa de gemelos y a un pantalón gris marengo y se estará listo para afrontar cualquier tipo de reunión. Sin embargo, si lo que queremos es un lookarreglado pero informal mejor decantarse por camisas de puño sencillo y pantalones menos serios. Escójase sin entretelas y acompañando a una camisa blanca y a un informal pantalón caqui de corte moderno y además de practicidad aportará estilo y comodidad. Dependiendo del aire de la formalidad del conjunto se podrá escoger entre un polo o, más formal, una camisa de lino. Estas últimas resultan más estéticas de manga larga y remangadas siempre por debajo del codo. Además, la versatilidad de la camisa de lino permite vestirse tanto acompañando al traje de baño como a una blazer por la noche, quedando elegante en ambos casos.

Si gozamos del privilegio de realizar la aventura en barco, tengamos presente que la propia naturaleza de este medio requiere una ropa de viaje concreta. En primer lugar, recordemos que la vida a bordo exige comodidad y así deberán ser las prendas escogidas. Los pantalones cortos conocidos como bermudas son aceptados. De conjuntarlos con una camisa de lino blanca remangada nos meteremos por momentos en la persona de JFK y navegaremos junto a Jacqueline Kennedy por la costa americana en la década de los cincuenta. Los pies se pueden mantener desnudos pero si la superficie está resbaladiza y no se quieren correr riesgos, es el momento de ponernos esos náuticos. Puesto ya el sol, polos, camisas y pantalones cortos dejan paso a conjuntos más vestidos. Ahora será el tipo de embarcación el que determine qué vestir. De viajar en barco privado la formalidad o informalidad de lo que elijamos, sobre todo al sentarnos a la mesa, la marcará la propia personalidad de los dueños del barco. Si estos lo hacen de manera relajada, unos pantalones de hilo o de algodón, un zapato cómodo – que no chancletas de goma – y una camisa de manga larga ayudarán a disfrutar de una bonita velada. De viajar en una gran embarcación tipo transatlántico, tengamos presente que en las zonas comunes como cafetería, biblioteca, comedor etc. el traje de baño no es adecuado.

Complementos con estilo

Respecto a los complementos con los que viajar no olvidar una bonita y colorida pashmina de seda o lino, un buen sombrero ecuatoriano, una gorra tipo beisbol en el barco, y un jersey de punto para las noches del norte más frescas.

Si hay algo que va unido al placer de viajar son las maletas. Si bien las más tradicionales y ahora reinventadas maletas de aglomerado cubierto de piel rezuman historia y elegancia, terminan no resultando especialmente prácticas. Sin embargo, una buena maleta de piel –casas como Berluti  realizan verdaderas maravillas- nunca pasará de moda y añadirá un toque de elegancia difícil de conseguir con cualquier otro complemento. Completa tu ropa de viaje, y que la experiencia sea lo más placentera posible.

José María López-Galiacho González