Imagen Portada: Campaña SS24 por Nikki Mcclarron en la web de la firma
Jil Sander es uno de los nombres que vuelve a ocupar un primer plano en la moda. El componente cíclico de las tendencias, que han devuelto el protagonismo al minimalismo y ese lujo silencioso repleto de elegancia y sobriedad, ha centrado su mirada en marcas como Jil Sander, que convirtió el minimalismo en la estética de moda de los noventa. En las siguientes líneas repasamos la historia de la firma desde su creación a finales de la década de los 60 hasta la actualidad.
A diferencia del recorrido habitual que siguen los fundadores de las casas de moda, Jil Sander creó su firma homónima con otro punto de partida, una visión disidente que se convirtió en la antesala de una trayectoria en constante cambio. Nacida en la Alemania de la posguerra, Sander estudió ingeniería textil antes de mudarse a los Estados Unidos donde empezó a trabajar para una revista de moda. De vuelta en Hamburgo, la futura diseñadora empezó a trabajar como editora en la revista Petra.
Con un espíritu inconformista, Sander decidió emprender un nuevo camino. Con solo 24 años abrió una boutique de moda en Hamburgo en la que vendía piezas de diseñadores como Thierry Mugler o Sonia Rykiel junto con sus propios diseños. Aunque Sander fue pionera en abrir la moda alemana al mundo e importar firmas internacionales, la editora convertida en diseñadora decidió explorar su propia técnica lanzando una primera colección de prendas minimalistas.
Durante los años posteriores la diseñadora siguió trabajando en sus propias colecciones hasta que en 1975 viajó a París a la conquista de la gran capital de la moda. Aunque sus inicios no fueron fáciles, y sus primeros desfiles fueron vistos con escepticismo por la prensa especializada y los expertos de la ciudad, la alemana siguió firme con su visión refinada, elegante y sobria de la moda hasta terminar por conquistar al exigente público francés.
En la siguiente década las colecciones de Jil Sander empezaron a tener éxito no solo en Francia sino que también a nivel internacional. La expansión de la firma ya estaba encaminada y con ella vino su primer perfume, la apertura de una tienda en Avenue Montaigne y la venta del 75% de la firma al grupo Prada en 1999. Este dato marcó un antes y un después para la diseñadora, que se mantuvo como directora creativa hasta que renunció por un desacuerdo con Patrizio Bertellli, el director general del conglomerado.
La inestabilidad profesional de Sander vino durante los años 2000. Tras haber renunciado al cargo, la diseñadora volvió al frente de la dirección creativa tres años más tarde pero en 2005 volvió a rechazar la posición por nuevos desacuerdos con la junta directiva. Fue entonces cuando Raf Simons entró como diseñador y empezó una etapa que duraría casi una década. Durante este tiempo, el diseñador belga consiguió reformular la visión de la fundadora, apodada como ‘’la reina del menos’’ por sus colecciones minimalistas donde primaban las siluetas y un delicado trabajo con el patronaje y los materiales.
La era de Simons al frente de Jil Sander supuso una exploración del color, el uso de materiales innovadores y la incorporación de siluetas modernas, estructuradas y arquitectónicas que consiguieron desprender el toque personal del belga. Antes de que dejara el cargo en 2012, el diseñador ya había conseguido su lugar en el mundo de la moda y la crítica no dejaba de aclamar sus aportaciones como director creativo de Jil Sander. Sin embargo, en febrero de ese año, justo antes de presentar su próxima colección, anunció que abandonaba la dirección.
Para sorpresa de la industria, la junta anunció que Jil Sander volvía como creativa de su firma homónima. Aunque parecía que esta podía ser su etapa definitiva, la diseñadora volvió a anunciar su retirada por tercera vez alegando diferencias con el consejo y la dirección de la empresa propietaria de la marca. Mientras la diseñadora se embarcó en nuevos proyectos creativos, como su colaboración con Uniqlo, la firma nombró a Rudolf Paglialunga como nuevo diseñador, que a su vez fue sustituido por el duo Luke y Lucie Meie, la pareja que consiguió acercar la firma a una nueva generación de jóvenes manteniendo ese estilo elegante y minimalista.
Jil Sander es una de las firmas de moda referente para los amantes de la moda silenciosa, aquella que escapan del ruido de las tendencias, la logomanía o los diseños extravagantes y apuesta, por el contrario, en la elegancia atemporal. Desde su creación y éxito en los 90 hasta la actualidad, en las colecciones de Jil Sander encontramos una redefinición de la moda de alta gama centrada en explorar líneas depuradas y siluetas cuidadas, el trabajo con materiales de primera calidad y el diseño y confección de piezas con detalles sutiles que las convierten en especiales.
Por Ferran Farled