Cuando el mundo se pone cada vez más feo y la fotografía artística presenta la decadencia y lo inquietante, la fotografía de moda con sus imágenes hermosas cada vez está más valorada. Hay quien dice que los fotógrafos de moda son los nuevos pintores de la belleza.

Hace tiempo que los expertos han abandonado la idea de que es simplemente publicitaria y comercial, por lo que no estaba dentro de los cánones del arte, y ahora se exhibe en las galerías y museos más importantes del mundo. La semana pasada Peter Lindbergh abría en la más que cotizada Galería Gagosian de París una exposición con oscuras y emocionantes tomas del mundo fashion.

Hoy en día, la fotografía de moda es la estrella en las subastas y sigue en ascenso con grandes multitudes acudiendo a las exposiciones, lo que viene muy bien a sus escuálidas arcas. Además cada día atrae a más coleccionistas. Incluso la propia industria de la moda está mostrando más respeto por la creación y la forma.

Grandes nombres están iluminando con focos cegadores los museos: en el Victoria and Albert de Londres se inauguraba “Horst P. Horst, el fotógrafo más elegante y clásico” el pasado 6 de septiembre, y Mario Testino exhibe su exposición “Alta Moda» con fotografías con vestidos tradicionales peruanos en el Museo Contemporáneo de Dallas.

La Reed Gallery Sims de Londres está aprovechando la tendencia, y exhibe fotografía de moda por primera vez. Fotos hiperrealistas y sensuales de Miles Aldridge, con precios a partir de las 12.000 libras. Lyndsey Ingram, propietario de la galería, dijo: «Mostramos fotografías de moda porque están totalmente aceptadas por nuestros coleccionistas».

Marcos McKenna, de la Fundación Herb Ritts, aseguró que la crisis económica de 2008 fue un catalizador para que la fotografía de moda entrase en todas las grandes colecciones. «La gente quería rodearse de imágenes de glamour y belleza porque las cosas estaban difíciles, y las fotos de moda representaban lo contrario de lo que sucedía en su vida en el día a día», explica.

“Las redes sociales están dando a los fotógrafos de moda contemporánea una visibilidad más grande que a otros artistas que tienden a alejarse de las plataformas públicas”, dijo Alexander Gilkes, uno de los fundadores de la casa de subastas online Paddle8.

Los ejemplos incluyen la cuenta de Tumblr de Steven Klein, que muestra su archivo consiguiendo que miles de personas lo compartan en sus blogs. Nick Knight tiene 135.184 seguidores en Instagram.

Con la explosión de los blogs la fotografía de moda se ha convertido en el nuevo lenguaje visual. Michael Hoppen, con galería en el barrio de Chelsea de Londres, representa a grandes de la moda como Ellen von Unwerth y William Klein, de los que mostró exposiciones este verano. Hoppen también gestiona el legado de Guy Bourdin, cuyas imágenes de moda, provocativas y sensuales, van a ser expuestas en Londres desde noviembre hasta marzo del 2015.

La directora del Smithsonian en Washington, Elizabeth Broun, explica: «Somos mucho más tolerantes ante la fotografía de moda, porque hemos pasado del gran arte a una cultura visual que todo lo abarca». El museo ha programado para octubre de 2015 una gran retrospectiva de Irving Penn, que consiste en incluir el trabajo personal que no se ha visto junto con sus imágenes de moda más icónicas. Y ahora mismo en el Palazzo Grassi de Venecia, propiedad de Pinault y uno de los lugares más interesantes dentro del arte actual, están las imágenes de Penn con platinos de una calidad absoluta.

El Museo Bellerive en Zurich eligió como su primera exposición de fotografía la exposición itinerante “Un siglo de fotografía en Condé Nast», que abrió sus puertas en julio. Hasta setiembre 10.345 personas habían visto la muestra.»No son sólo son las mujeres y los jóvenes que vienen por primera vez», dijo Greenspan. «Hay una gran cantidad de hombres, que no esperábamos, así como gran cantidad de boho (bohemios-burgueses), que nunca nos habían visitado anteriormente.»

Ritts, en su exhibición en el Museo Getty de Los Angeles en 2011, atrajo a 364.656 visitantes, o Lindbergh esta primavera en la galería HDLU en Zagreb tuvo 11.200 visitantes en tres semanas, convirtiéndose en el evento más popular de arte contemporáneo de los últimos 10 años en Croacia y los países vecinos.

La fotografía de moda también se ha convertido en una inversión cada vez más atractiva. «Yo prefiero comprar una imagen en lugar de comprar en la bolsa, porque puedo disfrutarla y verla, no hay impuestos, explica un coleccionista con sede en París, que pagó 5.000 dólares en 2002 por su primera fotografía de Ritts y ahora está valorada en 60.000. «No confío en el mercado financiero, pero confío en el mercado de la fotografía de moda, ya que va hacia arriba de manera constante.»

Los precios en subasta se han disparado con la fotografía de moda superando regularmente a otros géneros fotográficos, gracias a nombres famosos como Richard Avedon, Helmut Newton, Penn y ahora el señor Lindbergh. Dos de los tres primeros lotes en Christie’s en abril eran imágenes de Penn: Lisa Fonssagrives, que se vendió por 185.000 dólares, y sus platinos alcanzan hasta 460.000 dólares.

No hay gran museo que no tenga en su calendario una gran exposición de moda, porque además las grandes casas patrocinan generosamente las muestras, ya que es el comercio de lujo el que menos ha sufrido la crisis.

La escasez ha ayudado a la revalorización de la fotografía. No hay reimpresiones de la obra de Avedon, conforme a lo estipulado en su testamento, representado por la Gagosian. Los fotógrafos de hoy están limitando sus impresiones, así Miles Aldridge edita una numeración limitada a tres copias.