El ojo elegante, el dandi de la fotografía Helmut Newton se estrelló con su coche al salir del hotel Chateau Marmont de Los Ángeles en enero de 2004; una muerte digna de Newton. Coche descapotable, hotel, palmeras y un agotado corazón, que ya le había jugado malas pasadas, le precipitó al volante de su coche contra una pared.

La obra absolutamente impecable y poderosa transita al lado de su vida personal y ambas son reflejo de un siglo. Nacido en Berlín, de padre judío alemán, propietario de una fábrica de botones y madre estadounidense, se interesó por la fotografía desde los 12 años, cuando compró su primera cámara. Fue alumno y asistente de la célebre fotógrafa de moda Yva.
La ascensión del nazismo llevó a su padre a ser internado en un campo de concentración, lo que obligó a la familia a salir de Alemania. En Trieste se embarcó en el «Conte Rosso» (junto con cerca de 200 otros que escapan a los nazis) con la intención de viajar a China.
Los bienes familiares se esfuman, y nunca volverá a ver a su padre. En su huida, Singapur, el sexo, Australia, el ejército… Hasta llegar a June, alias Alice Springs, la actriz que apareció en 1946 y con la que estaría casado más de medio siglo. «Todas las otras chicas, en realidad, eran para la cama. Con ella existían otras dimensiones», explicaba.

Enseguida encuentra un sitio en las revistas importantes, crece su fama y se dice de su mirada que es un poco escandalosa, pero chic; fría, pero estimulante; un punto sofisticada, pero cercana.

Disparaba poco, pero la puesta en escena era perfecta, recurría a todo lo que posiblemente eran sus fantasías, mujeres perfectas en un mundo de sometimiento… consentido. Hoteles, calles oscuras, ciertas composiciones que se han dado en denominar “porno chic”. Un catálogo de sexualidad elegante, para personas que están disfrutando más del objeto mirado que del poseído.

En Newton todo era a lo grande, así cuando publica Sumo, hace una obra de arte exclusiva para coleccionistas. El libro de fotografías más grande jamás editado : casi cuatrocientas fotografías; un festín de walkirias, famosos, actrices y todo el imaginario del fotógrafo. Un festín de retratos y cuerpos, de erotismo y moda… «Fue algo biográfico, Sumo era él», dice su editor.

Las críticas de ciertas feministas acusándole de misógino han sido constantes, pero también muchas de ellas reconocen el papel liberador de Newton en el rol femenino. Newton tenía ironía y sentido del humor y, en ocasiones, ha presentado a un hombre esposado  y sumiso dándole a la modelo el poder. La mujer en las fotografías de Newton no se ve débil, porque dónde hay belleza a menudo hay peligro y donde hay poder hay seducción. La belleza, el peligro, el poder y la seducción son la materia de las imágenes de Newton y todas estas cosas juntas pueden resultar demasiado inquietantes.

Sus mujeres ponían sus tacones encima del cuerpo del caballero, en actitud amenazante. Y a pesar de su empeño en parecer pornográfico, lo que Newton realmente capturó fue una época, un tiempo de mujeres con la misma cabeza para manejar los negocios que sus cuerpos. Y tan interesantes en vertical como en horizontal.

Durante los últimos cuarenta años, Helmut Newton (1920-2004) fue considerado como uno de los mejores en obtener las imágenes más influyentes y visionarias. Se especializó en moda, desnudos femeninos y retratos. Su trabajo fue publicado en revistas como Elle, Vogue, Vanity Fair, Paris Match, Der Spiegel y Stern. Ha tenido más de 100 exposiciones de su obra desde 1975 y un museo, dedicado a su obra, abrió sus puertas en Berlín (2004).

El escritor de culto J.G. Ballard, dijo que Newton era «el más grande artista visual del siglo» y sin duda fue uno de los que mejor retrató a las mujeres al final del milenio. En ocasiones fantasías como las de Newton, molestan porque las reconocemos como propias.
Sus fotos eran a menudo muy divertidas. Si se pudiera pagar el precio de la entrada a su mundo psíquico… que significaba saber las diferencias entre frío y caliente, amo y criado o esplendor y miseria.

Charlotte

A Scene from Pina Bausch’s Ballet, 1983

Helmut Newton photographed by his wife

 

Por Lola Garrido