Dispuesto a defender a capa y espada un ritual tan genuinamente mediterráneo cómo el del aperitivo Albert Adrià, el imaginativo chef que revolucionó el mundo del dulce desde El Bulli, vuelve a sorprendernos con Bodega 1900, un local que recupera el aroma de las vermuterías de antaño con una puesta en escena a lo retro que se respira nada más traspasar la puerta pintada de verde alumbrada a la antigua por dos faroles. Paredes recubiertas de baldosas blancas biseladas, cómo las del metro de París, una barra larga y estrecha, unas cuantas mesas de mármol acompañadas de sillas Thonet y un sinfín de estanterías dónde se apilan latas, frascos, botellas, sifones y ristras de embutidos confieren un ambiente informal y simpático a este local que está abierto de lunes a sábado desde las 13h a las 20h.
El pequeño de los Adrià, que junto a su hermano Ferran y el trío de los Iglesias se ha erigido en abanderado del Paralelo, estrena con éste el que ya es su cuarto negocio en la zona (después de la propuesta de tapas creativas de Tickets, el restaurante gastronómico 41 º y la cocina de fusión japonesa-peruana de Pakta ), un barrio de reminiscencias canallas que ahora se está convirtiendo en el centro neurálgico de la gastronomía de altura en la ciudad.
Jamones y embutidos Joselito perfectamente cortados, salazones y conservas artesanas preparadas por un equipo de cocina profesional y competente, deliciosas aceitunas esferificadas siguiendo la técnica que inventaron en El Bulli, platillos diversos y creativos y hasta unos postres a la altura son la divertida propuesta de esta bodega bulliciosa, cómo tiene que ser, dónde picar algo antes de comer o cenar atendidos por unos camareros que conocen bien lo que sirven.
No dejen de probar los molletes de calamares, unos tiernos minibocadillos a los que es imposible resistirse, ni los boquerones en su punto de vinagre, las navajas en escabeche, las anchoas San Filippo, las croquetas de Ibérico o la pluma ibérica. También nos gustaron especialmente los taquitos de melón impregnados con ginebra y ralladura de lima, y el delicado recuit de drap con higos y miel.
Bodega 1900, Tamarit, 91
Por Vis Molina