“No es el cemento, no es la madera, no es la piedra, no es el acero, no es el vidrio el elemento más resistente. El material más resistente en la construcción es el arte”.
Artista, arquitecto, escritor, innovador, pintor, teórico, poeta y profesor. Arquitecto revolucionario desde sus comienzos y creador incansable de diseños hasta los 87 años, Gio Ponti es una de las influencias más importantes del diseño del siglo XX y su vibrante modernidad.
Ponti hace de Milán una ciudad unida para siempre al buen diseño. Trabaja en nuevos productos de Cassina, Molteni, Venini, etc., y en su ciudad construye el rascacielos más alto de Europa, que sobresale por encima del mítico Duomo.
Gio Ponti fue el hombre que colocó la arquitectura y el diseño italiano en el panorama mundial. Arquitecto y editor de la mítica Domus, la dirigió hasta su muerte en 1979. En sus páginas, Ponti reveló su visión del mundo. Desde sus páginas el modernismo y el funcionalismo fueron el faro que alumbró todas las teorías de diseño del siglo XX. Su idea se basaba en que el diseño debía centrarse en la función. Siempre insistió en que decoración e ideas modernas no eran incompatibles.
Convencido de la importancia de la fachada escribió “el exterior pertenece a los paseantes, después de todo, la arquitectura se hace para ser mirada”. Original y experimentador con nuevos materiales,
ecléctico, bulímico de la creación, el espíritu funcionalista y modernista de Ponti deja piezas míticas. Y si todo gran arquitecto deja su nombre unido a una silla, Ponti crea la Superleggera, modelo mítico que puede levantar un niño con un dedo.
Los sesenta fueron el renacimiento cultural de Italia. Ciudades como Milán se estaban convirtiendo en semilleros de ideas nuevas, donde figuras como Ettore Sottsass, Livio Castiglioni y el pintor convertido en diseñador Joe Colombo estaban creando. El mundo veía asombrado películas de Fellini o la película Vacaciones en Roma. Todo el mundo moderno se movía mirando hacia Italia; quería montarse en una Lambretta y llevar gafas de sol de montura de pasta. Los diseñadores del estudio enorme de Ponti estacionaban sus scooters al lado de sus escritorios.
Ponti, con gran visión, promovió incansablemente la industrialización que se estaba produciendo, y añadió que los fabricantes nunca deben perder de vista las raíces artesanales de sus productos. Todo eran pequeñas empresas de línea familiar, y preparó el terreno para la alta calidad de empresas como Artemide, Driade y Flos, que marcaron la moda en diseño de interiores para casas de todo el mundo.
Ningún tema creativo le es ajeno y realiza decorados para La Scala de Milán, diseños para piezas de Murano y casas para habitar. En ellas, según su opinión, lo importante era el amor. El arquitecto debía enamorarse de sus clientes . Trabaja con dos elementos: la vanguardia y el humanismo, siempre están presentes. “Me gusta que mis clientes habiten casas que rezuman amor a la vida”.
Una de sus obras más emblemáticas la realizó en Caracas: la Villa Planchart, de 1955, en la que Ponti diseñó las paredes con huecos arriba y abajo que se iluminan desde atrás. Con ello consigue que las paredes y el techo parezcan flotar y fue muy copiada en los 80 y 90, incluso por el minimalismo.
El diseño de la Villa Planchart se llevó a cabo en un ir y venir de planos a lo largo de dos años y viajes sucesivos de Ponti a Caracas. Para el milanés el trópico fue una atracción y decía no poder concentrarse en el lugar, porque estaba lleno de distracciones.
La Villa Planchart además alberga un gran número de piezas de arte, productos, vajillas, cubiertos, mobiliario y hasta una versión única de la icónica silla Superleggera, todos diseñados por Ponti.
Los Planchart, grandes aficionados a la cultura, se empeñaron en buscar un arquitecto que diseñara una casa como una experiencia. Armando Planchart había alcanzado éxito como empresario, y pensaba dedicarse en el futuro a sus mayores pasiones: las orquídeas, la caza y el arte. Anala, su mujer, compartía con su esposo la afición por la creación; era una mujer muy involucrada en la agitada vida cultural de la Caracas moderna.
A pesar de tener mas de 50 años la casa refleja lo adelantado que fue Gio Ponti a su tiempo. Las paredes de la casa no tienen esquinas. El patio no es central y a través del uso de plafones transmite la sensación de que los elementos están suspendidos en el aire. Se terminó en dos años y está en las mismas condiciones de cuando se hizo.
La torre Pirelli parece suspendida y transparente y Ponti la diseñó como caras de diamantes porque, según su teoría, la luz se refleja haciéndola más ligera.
Es referente mundial por su extensa y variada obra. Fue un genio heterodoxo que supo mezclar lo antiguo con lo nuevo. Creó fachadas con formas geométricas. Hijo único y criado con mimo, sus padres le enviaron dos años a una escuela femenina. Siempre lo agradeció.
Según su hija Lisa era un hombre romántico y soñador: “éramos parte de su paisaje pero él vivía en su trabajo”.
Por Lola Garrido