Rafael Castañer forma parte de la tercera generación de la familia Castañer, cuyo trabajo, compromiso y visión de futuro han construido una gran marca internacional de calzado. Conoce de cerca el secreto de esta firma que fusiona tradición y contemporaneidad en esta entrevista.

¿Cómo empieza tu trayectoria en Castañer? ¿Qué valores has heredado de tus padres?

Mi trayectoria empieza en el 1994. Empecé acompañándoles a las ferias y salones además de participar en la fabricación de las suelas.

En la historia de la empresa hay un antes y un después marcado por los años 70. ¿Cómo habéis conseguido convertir una sencilla fábrica de alpargatas en lo que hoy representa Castañer en el mundo de calzado?

Es cierto que hay un antes y un después. Mis padres fueron a una feria en París allá por el año 1972 dónde se encontraron a Yves Saint Laurent, que buscaba a alguien capaz de hacerle una alpargata con cuña. Nadie sabía cómo hacerlo, hasta que se topó con mis padres que sí aceptaron el reto.

¿Nos puedes contar un poco sobre las orígenes de las alpargatas, los materiales de fabricación y la evolución de los procesos de producción?

Los orígenes son mediterráneos y del País Vasco. Antes se usaba esparto para fabricar las suelas, pero debido a su escasez, ahora usamos yute procedente de Bangladesh e India. Los procesos de producción han variado poco desde los años 70 hasta nuestros días.

Castañer es un nombre que evoca una larga tradición española. Una marca que ha sabido evolucionar durante los años. En tu opinión, ¿cómo y cuándo la moda de la calle ha empezado a dictar lo que se ve en las pasarelas?

Pues a partir de los años 70 y 80, hasta nuestros días, la moda y los consumidores son los que dictan por dónde se mueve el mercado.

En vuestro caso, ¿cómo habéis conseguido convertir la alpargata en producto de lujo?

Yendo siempre un paso por delante de los demás. Fuimos los primeros alpargateros en poner una cuña a la alpargata. En definitiva, fuimos los primeros en sacar la alpargata del campo y ponerla en las calles de Manhattan y París.

¿Cómo conquistasteis a Yves Saint Laurent?

Aceptando el reto. Mi madre lo reconoció enseguida y mi padre se tiró a la piscina diciendo “Si Yves Saint Laurent quiere una alpargata con cuña, pues la tendrá.” Tuvo que hacer muchas pruebas, al principio con una cuña de madera, pero pesaba demasiado. Al final dieron con una solución genial, que aún usamos: se usó una cuña de corcho, más ligera. Al cabo de unos días un revisor del Talgo salía desde la estación de Girona con un paquete y la dirección de YSL en la Rue Petrarque de París (¡no había dinero para llevarla personalmente!). La historia de la alpargata se reescribía de nuevo.

¿Cuáles son las características que distinguen a Castañer?

Nos mantenemos fieles a nuestros valores, fusionando tradición y contemporaneidad. Nuestras raíces son mediterráneas, pero tenemos vocación cosmopolita. Nos distinguen la atemporalidad y la artesanía: fabricamos en España, utilizamos materiales naturales y seguimos procesos tradicionales que nos aseguran acabados impecables.

¿Cuáles son los retos de Castañer para los próximos años?

Seguir expandiéndonos. Hay planes para abrir tiendas en Sudamérica y este año hemos abierto los primeros córners en China.

¿Cómo te gustaría que Castañer fuera percibida por sus clientes? ¿Qué valores te gustaría que se asociaran a la marca?

Me gustaría que fuera percibido como algo original y auténtico. Como he dicho antes, los métodos productivos no han cambiado tanto. Me gustaría que se percibiera como algo mediterráneo, artesanal y elegante.

Eres el creativo de la familia, ¿qué te inspira en tu trabajo?

Me inspira mucho observar qué es lo que lleva la gente y pasearme por los mejores escaparates de las grandes ciudades.

¿Hacia dónde crees que va el mercado de la moda masculina?

Ha evolucionado mucho desde un tiempo hacia acá. A mí personalmente, me gusta más la moda atemporal.

Pitti Uomo cumple 60 años, ¿qué tiene de diferente al resto de ferias? Según tu criterio, ¿cuál es la clave de su éxito?

Se nota su espíritu italiano. Se respira por todas partes, hasta en la forma de vestir de los compradores. Para mí es la mejor feria de hombre.

Además de estar presentes cada temporada con vuestras colecciones en Santa Eulalia, ¿por qué habéis decidido colaborar con este espacio efímero?

Porque Santa Eulalia ha dado un paso hacia adelante muy importante desde su remodelación. Alterna muy bien todo lo que presenta, desde la sastrería tradicional hecha a mano hasta las últimas tendencias. Todo ello dentro de un espacio muy cuidado y elegante. Es sin duda un referente dentro del mundo de esta moda, que ya es global.