Desde hoy y de manera permanente, el Museo Balenciaga ubicado en Getaria, País Vasco, localidad natal del reconocido Cristóbal Balenciaga, será al fin una realidad. Tras diez años en proceso de construcción, la reina Doña Sofía, el diseñador Hubert de Givenchy, presidente fundador, y la consejera de Cultura del Gobierno Vasco, Blanca Urgell, abren las puertas de este Palacio con el objetivo de “difundir y potenciar la trascendencia de la persona y obra del genial diseñador”. El palacio Berroeta-Aldamar, villa de veraneo del siglo XIX de los marqueses de Casa Torres, abuelos de Fabiola de Bélgica, unido ahora a la moderna cubierta acristalada, forman un museo que no pasará desapercibido para los visitantes.
Museo Balenciaga
De entre las más de 1.200 piezas de la colección de la Fundación Balenciaga, se ha hecho una selección de noventa piezas, entre complementos y trajes, para que formen parte de esta primera etapa de la exposición. Tal y como explicó la conservadora “los vestidos irán rotando, plazos máximos de un año, por razones de conservación”, de manera que cuando un vestido se retire, pasará al fondo de la Fundación esperando a que un nuevo desfile acontezca.
En esta primera etapa Grace Kelly estará presente. Se exhibirá un abrigo y un vestido que Balenciaga confeccionó en exclusiva para la que fuese princesa de Mónaco. Además, también veréis los vestidos que el diseñador inventó y puso de moda en silueta “baby doll” o la joya de la Fundación, el traje de novia que llevó la Reina Fabiola de Bélgica el día del enlace con el rey Balduino I en 1960.
Enlace de Reina Fabiola de Bélgica y Rey Balduino I, 1960
Desde el amplio vestíbulo del nuevo edificio, la primera parada será la sala cero, situada en el palacio Berroeta-Aldamar, donde los visitantes conocerán los hitos del diseñador, bautizado por el reconocido Yves Saint Laurent como “el maestro de todos”. Un documental de veinte minutos sobre su vida y obra, en cuatro idiomas, resumirá al público la trayectoria vital del modisto.
Suspendidos sobre el hall del nuevo edificio, tres cubos contienen las salas destinadas a presentar la obra de Balenciaga tal y como explicó Miren Arzalluz, responsable de las colecciones del Museo, “en forma de desfile atemporal”. Los vestidos no se exponen en orden cronológico, sino en seis espacios entrelazados y a su vez separados en función de “criterios temáticos”: “Comienzos”, donde se reúnen las creaciones de los primeros años de Balenciaga; “Día”; “Noche”; “Novias” y concluye en “Balenciaga esencial”, donde se muestran además proyecciones del proceso de creación del vestido, desde el patrón hasta su ensamblaje.
Vogue USA, Septiembre 1955
Todas las salas están precedidas por un “vídeo explicativo” que avanza y contextualiza el contenido posterior y contienen citas sobre Balenciaga pronunciadas por “personajes célebres”.
Según detalló Arzalluz, el interiorismo y la tenuemente colorida iluminación ha sido realizada para que “toda la atención” recaiga en los trajes expuestos. Incluso los maniquíes, tal y como decía la consejera “Balenciaga hacía trajes a medida de sus clientas, nosotros hemos hecho clientas a medida de cada traje”.
Por Lola Garrido