La moda italiana es uno de los grandes pilares para la industria. Su saber hacer, ligado a la artesanía, el arte y la técnica se ha convertido en un patrimonio del que todavía hoy las grandes firmas se nutren. En las siguientes líneas hablamos sobre el origen de Brunello Cucinelli, la firma de lujo con raíces italianas y su sofisticado trabajo con la cachemira.
Para el fundador de la firma, Brunello Cucinelli, la belleza se encuentra en cualquier lugar. Lejos del aspecto más superficial y estético, la belleza supone calidad, positividad y sencillez para entender todo lo que nos rodea. Y es esta precisa visión la que permitió enamorarse de un pueblo de la provincia de Perugia e iniciar el imperio de moda que conocemos actualmente.
En 1978, Cucinelli se prometió con Federica, una joven que vivía en Solomeo y trabajaba en una pequeña tienda de ropa. Rápidamente el futuro marido quedó enamorado de la aldea, que ha sido su gran fuente de inspiración, y decidió entrar en el negocio de la moda trabajando con prendas de punto.
En aquella época ya había una potente industria. Por eso, Cucinelli apostó por la producción de prendas de cachemira de colores para mujer, una idea diferente para la época que tuvo una gran aceptación. A medida que el negocio crecía, el diseñador empezó a perfeccionar su trabajo con la obtención de la materia prima, procedente de las cabras de la raza ‘’Hyrcus’’, y la confección de prendas de calidad pensadas para durar en el tiempo.
La firma italiana siempre se ha mantenido fiel a sus valores, con una clara visión empresarial y familiar. En su universo aparece el arte, la historia y la técnica basada en el trabajo artesanal. Para Cucinelli, el secreto de su éxito se centra en ‘‘encontrar la medida adecuada, en ver la tecnología como una herramienta y en combinar el trabajo manual y la creatividad’’.
Su proceso de producción, curado desde la obtención de sus materiales hasta la distribución de las prendas, permite ofrecer prendas de lujo pensadas para durar. En sus colecciones encontrarás una amplia selección de piezas clásicas, como camisas, polos, americanas y pantalones, con paletas de colores neutras que evocan a los paisajes de Solomeo y su arquitectura.
Más allá de la producción de colecciones, la firma sigue comprometida con la preservación del patrimonio cultural italiano. Para ello se fundó la Escuela de Artes y Oficios con el objetivo de transmitir a las nuevas generaciones el valor de la artesanía, el patronaje o la sastrería.
Por Ferran Farled