Con la llegada de marzo inauguramos una nueva temporada de bodas y todo tipo de celebraciones que requieren de estilismos especiales para cada ocasión y que cumplan con un protocolo específico. Hoy navegamos entre las múltiples opciones para ser la invitada perfecta a través de cinco claves que te permitirán incorporar las tendencias de la temporada, seguir tu propio estilo y respetar el código de vestimenta.

Cuando buscamos el estilismo para una boda, debemos conocer qué normativa está asociada al evento en concreto para poder elegir las piezas adecuadas. Más allá de que se trate de una ceremonia de día o de noche, que determinará el largo del vestido, también es imprescindible conocer si se requiere de una etiqueta formal para poder jugar con colores y estampados o añadir accesorios tanto sutiles como llamativos.

Empezamos con la clásica fórmula para una boda de diario en la que estén permitidas todo tipo de siluetas, estampados y accesorios. Siguiendo las tendencias de la temporada, te recomendamos los vestidos cortos y midi que incluyan algún tipo de estampado floral o abstracto, motivos que aporten color pero sin renunciar a la elegancia. Para complementar la pieza, selecciona uno o varios tonos del estampado y replícalo en los zapatos y en los accesorios para conseguir un resultado más uniforme.

De izq a derecha_Zimmermann, Rasario, Andres Otalora y For Restless Sleepers

Cada vez son más los estilismos para bodas de día en los que se renuncia al uso de vestidos a favor de los conjuntos de dos piezas. Por un lado, podemos elegir el clásico traje de sastrería monocromático o con un estampado neutro y combinarlo con sandalias de tacón y un clutch. Por otro, puedes apostar por la mezcla de blusas y tops con detalles y pantalones de pinza en corte recto o palazzo. Los accesorios juegan un papel fundamental para conseguir ese resultado más formal por lo que los diseños metalizados o dorados y la joyería se convierte en el mejor aliado.

De izq a derecha_ Conjuntos de Andres Otarola, Chloé x Atelier Jolie y Andres Otarola, Dorothee Schumacher y Veronica Beard

De los diseños arriesgados pasamos a opciones formales para aquellos acontecimientos que requieran un estilo más elegante. Al tratarse de una boda de día seguimos respetando el largo del vestido por lo que seleccionamos diseños midi, esta vez mediante diseños monocromáticos. Entre las diferentes opciones, podemos elegir propuestas sobrias donde predominan los tonos neutros y añadir contraste con los accesorios o apostar por el color block y crear combinaciones de colores saturadas entre la pieza principal y los complementos. Para conseguir este efecto solo tendrás que encontrar el color del vestido en el círculo cromático y elegir el resto de piezas de un tono contrario.

De izq a derecha_Stella McCartney, Safiyaa, Bottega Veneta y Cult Gaia

Cuando hablamos de bodas que se celebran de tarde el protocolo varía y es donde el vestido largo se convierte en obligatorio. Tradicionalmente, el diseño está determinado por la relación de parentesco con los novios, un factor que permitirá elegir modelos más o menos llamativos. Dentro de la amplia variedad de posibilidades, la elección de piezas monocromáticas en una gama de colores suaves y primaverales se convierte en la mejor opción. Si quieres añadir un estampado, deberás optar por motivos florales o abstractos y que cuenten con colores pensados para la noche.

De izq a derecha_Magda Butrym, María Lucia Hohan y Rasario

Si por el contrario asistimos a una boda con una etiqueta más rigurosa, aquellas en las que el hombre requiere del uso de un smoking o un chaqué, los vestidos deberán tener un aspecto más minimalista y en tonos sobrios. En este caso puedes optar por vestidos en palabra de honor, con escote asimétrico o incluso modelos que incluyan una capa y jugar con las joyas como recurso para conseguir ese efecto sofisticado y elegante.

De izq a derecha_Safiyaa, Maticevski, Roland Mouret

Por Ferran Farled