Bottega Veneta se ha convertido en el templo de la moda del momento. A pesar de que las piezas sean las más virales e inunden los estilismos de influencers y prescriptores de estilo, la firma lleva más de 60 años dominando la industria de la moda con colecciones Prêt-à-porter y, sobre todo, con la línea de accesorios y un excelente trabajo con piel. Descubre el origen de Bottega Veneta, la firma favorita de la generación millennial.
En 2019 los amantes de la moda empezaron a hablar de un nuevo bolso que apareció en escena, el pouch de piel y acabado fruncido que propuso Daniel Lee en su debut como director creativo de Bottega Veneta. Aquella colección fue toda una declaración de intenciones y vaticinaba un éxito rotundo de la marca. En cuestión de meses, el nombre de la firma volvía a estar en boca de todos y de ese bolso de mano surgieron las botas chelsea, el bolso Cassette o al reedición del clásico Jodie. Bottega consiguió recuperar su estatus.
El legado actual de la marca, centrado en accesorios y zapatos de cuero, se remonta a la década de los años 60 en la ciudad italiana de Vicenza, en la región de Véneto. Michele Taddei y Renzo Zengiaro crearon la firma, pero no fue hasta la llegada de la exmujer de Taddei, Laura Braggion, cuando la firma empezó a recorrer un camino de éxitos. Junto a su marido – Vittorio Moltedo – Braggion convirtió el saber hacer italiano con el que diseñaba las piezas en todo un reclamo para el mercado americano y asiático.
Tras un largo recorrido confeccionando accesorios con el cuero más exclusivo del mundo, la empresa apostó por el lanzamiento de colecciones de ropa a finales de los 90. A pesar del crecimiento, la dirección creativa abandonó el puesto y la familia Moltedo también, vendiendo gran parte de su empresa. Ese momento de cambio permitió la entrada tanto de Gucci Group, capitaneado por Tom Ford, como del diseñador Tomas Maier, encargado de la reinvención de la firma.
Durante casi dos décadas Maier llevó Bottega Veneta a la cima, aumentando la facturación y construyendo un universo de firma basado en la atemporalidad, el lujo de los materiales y la artesanía. De aquella época destaca la expansión del popular entramado Intrecciato característicos y el lanzamiento constante de colecciones que apostaban por la imagen más refinada y exclusiva de la industria.
En 2018 llegó otro gran cambio junto a la llegada de Daniel Lee a la dirección creativa. Con el objetivo de conquistar una audiencia millennial, Bottega Veneta cambió la imagen de marca apostando por el icónico verde en su identidad visual y sus prendas y estableció una agresiva estrategia de marketing junto a influencers.
Desde el debut del nuevo director creativo sucedieron múltiples cambios. Con el fenómeno viral como primera línea de actuación, las nuevas propuestas establecieron un diálogo entre el legado de la firma y el lanzamiento de sofisticados vestidos de punto, abrigos con flecos XL y los populares bolsos que se convirtieron en un éxito de ventas.
A pesar de la estrecha relación de Bottega Veneta con el mundo digital, la firma decidió desaparecer misteriosamente de las redes sociales, un movimiento que fue muy comentado, generando todavía más atención a la firma.
El pasado mes de noviembre la firma anunció que Daniel Lee dejaba la dirección creativa de la firma. Esta noticia sembró muchas dudas y se auguró un nuevo retroceso de la firma. Sin embargo, el debut de Matthieu Blazy fue aclamado por la crítica. Tan solo meses después al frente de la dirección creativa, el diseñador ha conseguido establecer una conexión más coherente entre las tendencias actuales que gobiernan el mundo de la moda y los códigos clásicos de la firma.
Por Ferran Farled