No es ningún secreto que la moda siempre ha sido una forma de expresarse y reivindicar diversas causas. Pero es desde hace algunas temporadas que hemos estado presenciando una especie de revolución en la cual los diseñadores están usando sus propias plataformas para dar voz a temas que van desde la política hasta las causas feministas a través de las statement t-shirts.
Todos sabemos que diseñadoras como Coco Chanel lucharon para liberar a las mujeres de ropa incómoda y nada práctica. O que Sonia Rykiel inventó sus propias siluetas, cuando se dio cuenta que la ropa que encontraba mientras estaba embarazada no le favorecía o unas décadas más tardes, durante los 90s, el branding reivindicativo y anti-establishment de la firma FCUK.
Pero en esta ocasión, el fenómeno “slogan tees” o camisetas estampadas con mensaje se ha convertido en una especie de estandarte para lo que cada uno cree, o la causa que defiende. Una especie de mezcla entre moda y revolución. Esta idea no es nueva, por supuesto, pero desde que Maria Grazia Chiuri, directora creativa de Dior -por cierto, una casa que desde hace más de 70 años no tenía a una mujer al mando de su equipo de diseño- lanzó a la pasarela la ahora famosa camiseta con la frase “We Should All Be Feminists” (“Todos Deberíamos Ser Feministas”), el fenómeno no ha hecho más que ir in crescendo.
Diseñadores como Prabal Gurung, con su camiseta “The Future is Female” (con orígenes en la década de los 70s) o “Love Sees No Colour”; Haider Ackermann con sus – bastante menos controversiales- “Be Your Own Hero” y “Silent Soldier” o Valentino con sus prendas exteriores con frases en la espalda “Claim Your Heritage, Beauty Is Your Birthright”, o Lanvin con sus bufandas con la frase “Nothing”, las prendas con mensaje las hemos visto prácticamente en cada pasarela, desde hace ya un par de temporadas.
Puede ser que el surgimiento de un fenómeno de este estilo fuera cuestión de tiempo dado el clima político y de desasosiego social que se vive actualmente en muchas partes del mundo, no podemos asegurarlo. Lo que sí podemos decir es que, ya sea que se tenga un fin reivindicativo o no, esta tendencia es audaz, impetuosa e incluso brillante y si tenemos algo qué decir, qué mejor que usar nuestro torso como estandarte.