Hugo Jacomet es fundador y editor de Parisian Gentleman, una de las revistas digitales de estilo masculino más reconocidas del mundo.
Háblanos un poco de tu vida, de tu entorno y de cómo decidiste crear Parisian Gentleman.
Creé Parisian Gentleman en una noche de insomnio de enero de 2009. En ese momento, tenía una productora de películas y mi vida como productor y director era extremadamente ajetreada y… aburrida.
En ese momento me hacía la ropa a medida en Cifonelli y me resultaba complicado encontrar inspiración o información relevante sobre la ropa y el calzado masculino a medida. A mediados de la primera década de este nuevo siglo no se encontraba mucha información sobre el tema y prácticamente no había publicaciones sobre el estilo clásico para hombre.
Por ello decidí crear PG a principios de 2009, sin saber qué iba a pasar. El primer día, 17 personas leyeron mi primer artículo. Hoy, cuando aún no han pasado cinco años, estamos a punto de superar el listón de los 7 millones de visitantes desde la creación de PG.
¿Que si todavía me pregunto cómo ha sucedido? Estoy convencido de que el motivo principal de nuestro éxito mundial está relacionado con la necesidad de información.
Los hombres entran y leen la revista PG, en primer lugar, porque quieren recibir información sobre estilo y elegancia personal, sobre la fabricación de prendas y calzado a medida y sobre etiqueta. Por lo tanto, el movimiento que ha surgido alrededor de PG y otros blogs punteros va mucho más allá de obtener información sobre cómo vestir bien. Se trata más de una búsqueda de la excelencia personal.
¿Qué implicaciones ha tenido para ti la evolución de Parisian Gentleman, que empezó como una especie de diario para convertirse poco después en un fenómeno mundial?
Los primeros tres años fueron bastante difíciles de gestionar y pronto se convirtió en una especie de “doble vida” para mí. PG en ese momento todavía era un blog personal, pero al mismo tiempo me exigía participar en múltiples actividades: artículos y citas en revistas y periódicos nacionales, programas de radio, eventos en París, Londres, Tokyo…
Entonces me di cuenta de que el éxito era real, internacional y sostenible, y que PG se había convertido en una “voz” destacada en el gran debate del mundo de la sastrería, y decidí cambiar toda mi vida para centrarme exclusivamente en Parisian Gentleman y las actividades relacionadas con mi trabajo sobre el estilo masculino.
Actualmente, me ocupo de PG con mi mujer y mi hijo, y mi vida es aún más ajetreada que antes: estoy escribiendo dos libros importantes sobre la moda masculina francesa e italiana para el gran editor inglés Thames and Hudson (se publicarán en 2014 y 2015) y acabo de finalizar la filmación de una prueba piloto para un programa de TV sobre la elegancia masculina. Doy conferencias por todo el mundo sobre el renacimiento de la elegancia masculina y clases maestras presenciales sobre sastrería a medida; además, también hago múltiples contribuciones en revistas de primera clase como The Rake.
¿Cuál es tu definición de gentleman y qué se necesita para ser considerado un gentleman en la cultura actual?
Ser un macho es una cuestión de suerte, ser un hombre es cuestión de edad pero ser un gentleman es una opción. Es una actitud global y no se trata solo de la ropa que se lleva puesta.
¿En qué crees que consiste la elegancia masculina? ¿Qué influencias definen tu concepto de elegancia?
La verdadera elegancia es, por definición, modesta y discreta.
Hay un antiguo dicho en Savile Row que dice que si alguien te felicita por tu nuevo traje a medida, significa que tu sastre ha fallado…
Es importante recordar que el objetivo de vestir con estilo es atraer la atención apropiada sobre la propia persona y no sobre su ropa. Y esa es la principal diferencia entre la enorme nueva generación de elegantes gentlemen y las “habituales” víctimas de la moda.
Los adictos a la moda buscan destacar, los gentlemen simplemente quieren vestir con discreción y armonía.
Esta diferencia queda patente al comparar la forma en que ambos se “aproximan” a una prenda nueva. La víctima de la moda, que desea exhibir su nueva camiseta o chaqueta, hará lo que sea para que ocupe una posición destacada en su vestimenta; mientras que el amante de la ropa clásica hace exactamente lo contrario: busca armonizar su corbata o su camisa nueva entre las prendas existentes en su armario. Lucir o armonizar, ahí está la diferencia. Las víctimas de la moda hacen lo que sea por el momento (una noche, una estación, una colección), los hombres elegantes son más amantes del largo plazo (varios años) porque la experiencia les enseña qué ropa les queda mejor.
Y para aquellos que hablan de la “libertad”, vale la pena señalar que la moda es una cuestión colectiva, relacionada incluso con el marketing masivo; mientras que la elegancia es una cuestión mucho más personal. Si analizamos todo esto, obviamente nos surgirán dudas sobre la idea de que las víctimas de la moda son más libres y menos tensas que nosotros. En realidad, son ellos los que deben seguir la última moda o diseñador, mientras que nosotros no nos dejamos llevar por la moda pasajera y nos inspiramos en el pasado (especialmente en las décadas de 1930-1950).
Los seguidores de la moda buscan un “look” determinado, mientras que los amantes del estilo persiguen una elegancia natural.
Ellos trabajan en el presente, incluso en el momento. Nosotros trabajamos en el futuro.
En tu opinión, ¿la modernidad es sinónimo de ruptura o de evolución?
“Ser moderno consiste en extraer lo eterno de lo transitorio”. Charles Baudelaire.
¿Las generaciones más jóvenes pueden apreciar la sastrería a medida o es un ámbito reservado a una clientela más madura?
Las generaciones más jóvenes cada vez aprecian más la sastrería a medida. Quedarías sorprendido por el dominio que muestran del tema algunos lectores jóvenes de PG. Pero, obviamente, el precio de la sastrería a medida la restringe a clientes más maduros (y establecidos). Sin embargo, las cifras que tenemos de las sastrerías más distinguidas de todo el mundo muestran claramente que su base de clientes está creciendo significativamente y se está renovando con adeptos más jóvenes (y más formados).
Una casa como Cifonelli, por ejemplo, hace cinco años tenía 100 clientes y confeccionaba unos 500 trajes. Actualmente confecciona artesanalmente 900 trajes y tiene más de 250 clientes.
Hemos oído que tu sastrería favorita en París es Cifonelli, ¿podrías decirnos por qué?
Creo que Cifonelli representa la fusión perfecta entre el rigor británico (Arturo Cifonelli se formó en Londres y su sastrería todavía toma las medidas en pulgadas), la despreocupación y el aplomo italianos y el espíritu francés de la Haute Couture con un acabado artesanal único.
Esta casa confecciona algunas de las mejores prendas para hombre de todo el mundo y es aclamada por su enfoque contemporáneo y al mismo tiempo estrictamente tradicional de la sastrería con, por ejemplo, una colección sorprendente de prototipos de chaquetas de sport creadas con el único propósito de ofrecer inspiración y servir de guía para el cliente.
¿Qué significa París para ti? ¿Es una inspiración para ti? ¿De qué modo?
Obviamente, París es un lugar único en el mundo especialmente por su papel destacado en la industria del lujo. Pero cuando los medios internacionales hablan de la industria del lujo parisina, hablan principalmente de la alta costura femenina o de joyería y rara vez hablan de moda para hombre…
Ésta es una gran injusticia que espero que cambie con mi siguiente libro “The Parisian Gentleman”, que publicará el año que viene Thames & Hudson y que se centrará exclusivamente en las casas francesas icónicas de moda para hombre.
¿Qué experiencias puedes contarnos que muestren tu lema de “primero aprende las reglas y luego sáltatelas”?
Este lema es muy importante para nosotros porque indica en una frase de qué va PG.
En otras palabras, si quieres cultivar tu estilo personal y encontrar tu modo personal de vestir, estás invitado a romper algunas reglas, pero antes debes conocerlas y dominarlas.
Y créeme, vale la pena porque una buena formación en sastrería en realidad puede cambiar tu vida.