Hablamos con Stella McCartney de su pasión por la moda, su conciencia ecológica y el entorno donde se crió como hija de un Beatle. Casi nada.
¿Podría contarnos algo acerca de sus comienzos en el mundo de la moda? ¿Cuándo decidió dedicarse a esto?
Me crié mayormente en el mundo de las artes y supe desde muy temprano, cuando tenía unos siete años, que quería hacer algo relacionado con el arte, aunque no tenía muy claro qué quería exactamente. Durante mi infancia, pasaba mucho tiempo en el armario de mis padres poniéndome su ropa. Recuerdo que me gustaba mucho un par de botas con plataforma blanca que mi madre llevaba en aquella época y también sus trajes a medida. Me encantaba ver viejas películas de Hollywood de los años cincuenta como «La reina del oeste», que me inspiró para convertirme más tarde en diseñadora de moda.
Usted nació en un ambiente artístico y cultural muy particular, con ideas que desafiaban a la clase dirigente. Por supuesto, todo esto influyó en su creatividad. ¿Qué tipo de elementos contemporáneos le sirven de inspiración para crear una nueva colección?
En general, todas las mujeres me inspiran. Mujeres que he conocido a lo largo de mi vida, las que veo todos los días y algunas que jamás he conocido personalmente.
¿Piensa que existe una fórmula para el éxito de una nueva colección? ¿Cuáles son los riesgos que está dispuesta a correr?
Como marca reaccionamos ante lo que está pasando a nuestro alrededor, captamos el sentimiento general que reina en el ambiente e intentamos realmente representar a millones de mujeres en lugar de aislar a una mujer y pretender convertirla en el punto de partida de toda la colección. Cuando diseño, de hecho diseño cada uno de los elementos en vez de conjuntos enteros. No soy precisamente una diseñadora de pies a cabeza. Cada pieza es un objeto. Me interesan mucho los aspectos psicológicos de lo que hago. Me inspiro más en el modo en que los hombres o las mujeres eligen las cosas que llevan y cómo les hacen sentirse bien, cómo afecta a su estado de ánimo. Y eso intento incorporarlo.
Supone todo un reto crear accesorios sin utilizar piel auténtica. ¿Cuál es la clave para ofrecer un artículo de calidad sin materiales como éste?
Unos cincuenta millones de animales mueren en aras de la moda cada año, lo cual es un despilfarro enorme, que además contribuye en gran medida al cambio climático, pues la agricultura utiliza una gran cantidad de agua, energía y tierras, devasta los bosques y contamina los océanos. Existen un montón de alternativas al uso de la piel en los accesorios. Utilizamos PU hecho en Italia, y no PVC, pero también usamos terciopelos, algodones, linos, rafias, madera sostenible, nilones reciclados. Siempre intentamos esforzarnos al máximo y a fin de cuentas resulta más creativo. No puedo imaginarme cómo se puede justificar el sacrificio de animales solo por su piel, es completamente inmoral e innecesario.
Para una mujer como usted con cuatro hijos y una carrera de éxito, ¿cuál es el mayor reto en la actualidad?
Creo que las personas que trabajan deben encontrar un punto de equilibrio. He sido muy afortunada al tener lo mejor de ambos mundos por el hecho de ser una madre trabajadora. Sin embargo, no sería capaz de arreglármelas sin el gran equipo que tengo en casa y en el trabajo, que me apoyan y me permiten equilibrar ambas cosas.