Fuente Imagen Portada: Azzedine Alaïa fotografiado por Jean-Baptiste Mondino. Fondation Azzedine Alaia

 

Podemos hablar de Azzedine Alaïa como un diseñador y director creativo pero también como artista y artesano que revolucionó el mundo de la moda del siglo XX y cuyo legado ha dibujado un nuevo camino para el diseño de moda actual. Descubre por qué el diseñador se convirtió en el escultor de la moda para la jet set parisina de los ochenta.

La historia de la moda conoce al diseñador tunecino como un auténtico amante del diseño de moda desde una vertiente creativa y técnica. Lejos de seguir cualquier tendencia, el diseñador creó su propio universo donde confeccionaba los vestidos pensando en cada mujer, esculpiendo formas que potenciaban el cuerpo y desafiaban las normas escritas hasta el momento.

Todo comenzó en Túnez en la década de los 40 cuando el joven diseñador empezó a desarrollar su curiosidad por el mundo de la moda. Primero fue en casa, junto a sus hermanas. Luego decidió trasladarse a París en 1950 para empezar una carrera. Tras haber estudiado escultura en la Escuela de Bellas Artes de Túnez, Alaïa empezó a trabajar en la capital francesa como sastre para Christian Dior, Guy Laroche y Thierry Mugler.

Alaïa con Linda Evangelista. Fuente IG @maisonalaia

 

Sus años como aprendiz le ayudaron a desarrollar su particular visión que empezó a plasmar con sus diseños. Fue en la década de los 70 cuando Alaïa fundó su primer taller, un espacio blindado al público donde la creatividad y la magia tenia lugar. Se conoce que en su estudio asistía un selecto grupo formado por la jet set parisina, además de numerosas estrellas del cine y personalidades del entretenimiento, para conseguir los exclusivos diseños de la firma.

A pesar del éxito que cosechó durante los próximos años, que le valió el reconocimiento a ‘Mejor Diseñador del Año’ además de una amplia exposición mediática y la apertura de sus primeras tiendas en París y Estados Unidos, Alaïa rechazó la fama y se convirtió en una figura casi secreta que se refugiaba en su taller para crear a todas horas.

Azzedine Alaïa y Vanessa Duve. Fuente IG @fondationazzedinealaia

 

Como artesano, el universo de Alaïa se centraba en mantener un meticuloso proceso de diseño y confección que empezaba por la preparación de los patrones hasta el montaje de prendas a mano. El diseñador nunca renunció a su visión que escapaba de cualquier presión de la industria y renunciaba a las tendencias y los calendarios habituales de la moda para preservar su propio método.

Entre sus diseños más populares, Alaïa popularizó las siluetas ajustadas al cuerpo de la mujer escapando de la estética predominante. Sus vestidos contrastaban cinturas ajustadas con el uso de volantes, tejidos transparentes o sus icónicos entramados troquelados. Fiel a su propia visión, las colecciones de Alaïa han sido expuestas en infinidad de muestras en el Museo de la Moda de París, la Fundación Azzedine Alaïa, el museo Groninger de Holanda o el Museo Cristóbal Balenciaga, entre otros.

Vestidos de Alaïa. Fuente IG @maisonalaia

 

El 18 de noviembre de 2017 se anunció la muerte del diseñador y cuatro años después Pieter Mulier tomó las riendas de la dirección creativa de Alaïa. El nuevo diseñador, que se formó con Raf Simons, debutó con su primera colección primavera/verano 2022 consiguiendo la aprobación de la crítica que vio como el nuevo director creativo rindió homenaje al fundador de la firma, transformando los códigos clásicos para acercarlos a una nueva generación.

 

Por Ferran Farled