Imagen Portada: Colección FW2023 de TwoJeys. Fuente web firma
El mundo de la moda está cambiando gracias a la aparición de una generación de jóvenes con nuevas necesidades y que busca vivir experiencias a través del diseño. Y con este cambio encontramos firmas como TwoJeys, dispuesta a cambiar el statu quo de los accesorios para hombre y convertirse en toda una comunidad de amantes de la moda y un estilo de vida. Hoy analizamos el origen de la firma creada en Barcelona que revoluciona la joyería masculina.
Todo comenzó hace cuatro años cuando Biel Juste y Joan Margarit, dos amigos que se dedicaban a la creación de contenido en redes sociales, vieron una oportunidad para revolucionar el mundo de la moda y poner solución a la poca representación de la joyería para hombre. Tras explorar la industria y no encontrar ninguna marca que les representara, ambos influencers decidieron convertirse en socios y fundar una de las primeras firmas de joyería masculina para una nueva generación.
Tras conseguir inspiración y referentes en un viaje por carretera por Estados Unidos, Juste y Margarit encontraron la estética que querían plasmar en su firma y empezaron a trabajar en su primera colección. El lanzamiento contaba con anillos, pulseras y collares unisex en oro y plata que rápidamente causó sensación entre el público. Sus diseños minimalistas y con toques rebeldes, un proceso de producción artesanal y su gran comunidad en redes sociales fueron clave para generar un gran impacto con su primer lanzamiento, que fue todo un éxito.
A pesar de la pandemia, el nuevo contexto no impidió a los fundadores apostar por el proyecto, que apuntaba a convertirse en la nueva marca de referencia para la generación Z. Por un lado, tras agotar su primera colección en cuestión de horas, Juste y Margarit siguieron lanzando diferentes propuestas inspiradas en el minimalismo de los 90, el mundo del cine y la cultura urbana. Por otro lado, la firma empezó a construir su universo de marca centrado en promover un estilo de vida rebelde, disruptivo y libre que se convirtió en una comunidad de jóvenes vinculados con la marca.
Para los fundadores, esta comunidad era una de las claves para cumplir con su visión de la moda y que se centraba en ofrecer un valor añadido más allá de vender complementos para hombre. Una vez el universo estaba asentado, la firma presentó su primera edición de la villa TwoJeys alquilando una casa en la Costa Brava para pasar todo un mes con su comunidad. A través de las redes sociales, todos los invitados mostraban cómo era vivir como un miembro de TwoJeys, disfrutando de la playa, el deporte, el ocio y, sobre todo, de la moda.
Tras su primer verano de ensueño en la costa catalana, la firma decidió convertir ese mes de julio en una tradición. Los siguientes años se trasladaron a Ibiza, primero en diferentes villas donde patinaban en skate y organizaban conciertos hasta este último julio, que transformaron un barco de 1950 en la TwoJeys Goletta y que contó con una larga lista de actores, cantantes e influencers como invitados. Estas experiencias, junto a sus populares films, unas campañas de moda con una estética muy marcada y una comunicación cuidada hasta el más mínimo detalle, ha convertido a la firma en lo que conocemos actualmente.
En tan solo cuatro años, la firma ha conseguido cambiar la percepción que el público tiene de la joyería masculina y cada vez son más los hombres que deciden experimentar con anillos, collares o pendientes como elementos clave para conformar conseguir estilismos modernos, elegantes y sofisticados. Lejos de conformarse con haber conseguido su objetivo, los fundadores han seguido trabajando para ofrecer más productos y llevar a la comunidad a nuevos escenarios que explorar.
Si analizamos la evolución, la marca pasó de vender joyas online producidas de forma local y con una involucración total en el proceso de diseño y fabricación por parte de los fundadores a ampliar su equipo a más de veinte personas y abrir sus primeras tiendas físicas. Al mismo tiempo que inauguraron su primera flagship store en Barcelona, Juste y Margarit probaron suerte con el mercado internacional abriendo pop-up stores en diferentes ciudades como París e inaugurar su primera tienda en Londres.
Con el rebranding de la marca y la incorporación de las dos estrellas como sello de identidad, la firma decidió expandir su actividad y complementar la creación de joyas y accesorios con su primera línea de ropa. Concretamente exploraron el diseño de la clásica sudadera y trabajaron en el patrón perfecto para conseguir un modelo cropped y oversize que se ajustara tanto a sus necesidades como a la estética vintage que predomina en la actualidad. Y tras colgar de nuevo el cartel de agotado, la colección de ropa se ha ampliado hasta contar en la actualidad con bufandas, gorros y hasta gafas de sol con las populares estrellas.
Por Ferran Farled