Imagen Portada: El diseño de interiores fue uno de los grandes hitos de la carrera de Iris Apfel. Fuente IG @iris.apfel.
El mundo de la moda llora la muerte de Iris Apfel, una de las mujeres con más estilo de los últimos tiempos que falleció a principios de marzo a los 102 años en Nueva York. Convertida en uno de los iconos más importantes y longevos, Apfel pasará a la historia por defender una imagen ecléctica, colorida y barroca que le permitió demostrar cómo tener estilo a cualquier edad.
Apfel saltó a la fama en 2005 con la exposición ‘Iris Apfel: Rara Avis’ del Costume Institute del Museo Metropolitano de Nueva York, una muestra sobre su extensa colección de moda. La propia influencer fue la primera sorprendida en saltar a la fama con más de 70 años cuando ella ya había fomentado su característico estilo de vestir, repleto de joyas, volúmenes y colores, desde hacía varias décadas. Fue precisamente la edad uno de los puntos clave de su discurso al hablar de estilo y moda.
Entre las múltiples declaraciones que Apfel ha dado a revistas, medios de comunicación, o incluso en su documental Iris (2014) de Albert Maysles, la diseñadora siempre ha defendido que la edad no debe ser un condicionante para llevar según qué prendas. Para Apfel la fórmula infalible del estilo se centra en escuchar al instinto, elegir las piezas que te hagan feliz y crear conjuntos con los que poder expresarte sin importar la opinión de los demás.
Nacida en Nueva York a principios de los años 20, Apfel creció en un entorno vinculado al arte, el diseño y la moda. Su padre se dedicaba a la producción de espejos y cristales y su madre tenía una tienda de moda. Desde pequeña Apfel mostró interés por el diseño y empezó a cultivar su visión creativa recorriendo las calles de la gran manzana en búsqueda de tiendas de segunda mano y mercadillos donde encontrar piezas vintage.
Al mismo tiempo que empezó a formarse en arte y diseño, Apfel también colaboraba con la popular revista Women’s Wear Daily y combinaba su trabajo con viajes junto a su marido Carl Apfel, dedicado al comercio textil, en búsqueda de muebles, tejidos y piezas de diseño. Tras recorrer el mundo, el matrimonio decidió fundar su propia empresa Old World Weavers dedicada a la producción de tejidos inspirados en los colores, estampados y motivos que Apfel y su marido vieron en sus múltiples viajes.
Aunque todo apuntaba a que Apfel se dedicaría al mundo de la moda, tras fundar la empresa textil su carrera se enfocó en el diseño de interiores. Durante la década de los años 50, 60 y 70 la firma se convirtió en todo un referente y algunas de sus creaciones fueron éxito de ventas, como el icónico estampado de tigre. Su éxito llevó a Apfel a trabajar en diferentes proyectos de diseño de interiores para la Casa Blanca durante el mandato de hasta nueve presidentes diferentes.
Tras vender la empresa en la década de los 90, Apfel siguió en contacto con la sociedad neoyorquina del momento hasta volver al mundo de la moda, esta vez como influencer, icono de estilo y modelo. Durante sus últimos años de vida, y tras haber celebrado su mediática exposición en el Costume Institute de Nueva York, las revistas se empezaron a interesar por ella como referente de estilo y las firmas de moda la querían como imagen.
El estilo de vestir de Apfel es uno de los más distintivos de los últimos tiempos, caracterizado por el exceso y una sofisticada combinación de proporciones, colores, texturas, estampados y complementos. Con sus gafas de pasta XL y el maximalismo como sello de identidad, la diseñadora e influencer creaba todo tipo de estilismos donde mezclaba capas de manera inesperada, jugaba sin miedo a la mezcla de estampados y los colores vibrantes y el uso de brazaletes, collares y anillos como parte fundamental de su estilo.
Por Ferran Farled